jueves, 9 de junio de 2011

Baterías de flujo

Las baterías de flujo pueden "romper el molde" para un almacenamiento de energía barato y resolver el problema técnico-económico de la alimentación de los vehículos eléctricos. De acuerdo con una publicación recientes del Instituto Tecnológico de Massachusetts MIT en la revista Advanced Energy Materials, esta tecnología funciona a partir de materiales activos -ánodo y cátodo- en forma líquida que fluyen a través de una membrana para crear las reacciones químicas que cargan y descargan la batería.

Las baterías de flujo tienen, pues, dos tanques con electrolito líquido que se bombea a través de una membrana y crea así una reacción química que genera el flujo de electricidad. Los líquidos son bombeados en dirección contraria para almacenar la carga. En este caso, los investigadores usan una mezcla fluida que contiene compuestos utilizados en las baterías de iones de litio para construir una "celda de flujo semi-sólido".

Al disponer en forma líquida los electrodos de la batería, se abre la posibilidad de que las estaciones de carga para automóviles eléctricos reemplacen el material del electrodo mientras el conductor espera. Los investigadores llaman a los materiales activos "crudo de Cambridge", ya que podría ser utilizado como un combustible líquido en este escenario.

Los investigadores aseguran, además, que la fabricación se puede simplificar en comparación con las baterías de iones de litio. Calculan que el coste de las nuevas baterías sería de $250 por kilowatio-hora, menos de la mitad de los precios actuales.

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